sábado, 22 de marzo de 2014

La circuncisión.

Poco recuerdo de mi primera infancia y nada de mi circuncisión, importante momento en la vida de un árabe, comparable al bautismo cristiano. Lo que sí afirmo es que fue un carnicero quien me cortó el prepucio. En mi larga actividad quirúrgica, va para cincuenta años, jamás vi chapuza semejante. En lugar de hacerme un corte regular y parejo, simétrico, aquel facineroso se ensañó conmigo dejándome una cicatriz oblicua, festoneada y deslucida, que ni siquiera mostraba la majestad bermeja del glande cuando la hubo. Como compensación me quedó un verdugón en cada punto de sutura, una especie de nudo basto y grueso que debía gustar a mis amantes —por lo del roce— y siempre motivó sensación en mis ya fenecidos días de gloria (página 50).

La circuncisión consiste en cortar una porción del prepucio del pene que cubre el glande dejándolo al descubierto. Puede hacerse por dos razones:
-MÉDICAS: tratamiento de la fimosis, aunque a veces no precisa de operación y se soluciona.
-RELIGIOSAS O CULTURALES: la circuncisión se practica en todo el mundo islámico (casi un 70% de los hombres circuncidados son árabes). Según Hernández 2004, la circuncisión se practicaba en el mundo islámico y se practica debido a que es un precepto en dicha religión; también se practica por higiene y belleza.
Hoy en día sería una operación de fimosis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario