Una
tarde se presentó en mi consulta un hombretón con una niña en brazos. Su
aspecto era moro. La pequeña, de unos siete años, se agitaba sostenida a duras
penas por su padre, deshecha en violentas convulsiones que alteraban su rostro
en mil visajes. Tan pronto estiraba las piernas como las flexionaba, lo mismo
que los brazos. La exploré tras ordenar al hombre que la tumbara en la mesa
apropiada. Ardía en fiebre. Sus músculos contractos se estremecían en violentas
sacudidas, como si el invisible aguijón de una avispa picoteara su piel. Estaba
obnubilada, era incapaz de responder a mis preguntas. Ello, y la angustia
reflejada en sus ojos virados, me llevó a un rápido diagnóstico: chorea mayor.
La corea, o baile de San Vito para los mozárabes, se veía en el arrabal con
cierta frecuencia y no era el primer caso que trataba. Por la afectación mental,
pasajera la mayor parte de las veces, Galeno y Al-Razi la asociaban a una
inflamación del cerebro de etiología, como siempre, desconocida. (…)Tranquilicé
al padre. Le aseguré que su hija se curaría y le indiqué las pautas a seguir,
facilitándole el remedio y marcando sus dosis. Luego de una semana de reposo en
habitación oscura y calma con la niña abrigada, ingiriendo cada seis horas tres
cucharadas de tisana tibia de malvavisco, cúrcuma y azafrán, alimentada sólo
con leche de mujer y algo de flor de harina, nutritivo acemite que sólo se
encuentra en las mejores tahonas, regresó el buen hombre (Página 96).
La enfermedad de Huntington
también llamada corea de Huntington, baile
de San Vito o mal de San Vito o Chorea Mayor es un trastorno genético hereditario cuya consideración clínica se puede resumir en
que es un trastorno neuropsiquiátrico. Sus síntomas suelen aparecer hacia la
mitad de la vida de la persona que lo padece (unos 30 ó 50 años de media)
aunque pueden aparecer antes. Entre los síntomas que se presentan están las
convulsiones (movimientos involuntarios anormales de los grupos musculares).
Parece un diagnóstico un poco
aventurado, quizás lo que sufrió fue una convulsión febril ya que tenía fiebre elevada y la manifestación de una convulsión
febril son movimientos tónico-clónicos de todo el cuerpo (es decir movimientos
incontrolados de todos los músculos del cuerpo).
Actualmente el tratamiento correcto
es bajar la fiebre poco a poco y luego descansar en un lugar tranquilo y con
poca luz (para no provocar una nueva crisis).
De los brebajes que le dan no tenemos referencias.
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