domingo, 6 de abril de 2014

Hernia inguinal.

En un amplio, ventilado y bien iluminado quirófano, tras adormecer al paciente con una fórmula parecida a la que yo empleaba reforzada con grapa, un poderoso espíritu de graduación alcohólica muy alta, intervino un caso de hernia en la zona inguinal. Sólo operaba a los afectos de hernia reductible, aquellos cuya masa herniaria podía ser reintegrada al interior cavitario sin esfuerzo. Su técnica consistía en ampliar el orificio herniario con un dedo, introducir en la cavidad abdominal el saco intestinal y cerrar el agujero con puntos de seda trenzada. Yo conocía la técnica, que nunca había empleado, pero era la primera vez que veía utilizar el cauterio metálico, que incorporé desde entonces a mi arsenal terapéutico. El cauterio se reducía en esencia a un largo estilete de acero bien templado, provisto de mango de madera, cuya punta se mantenía al rojo vivo entre ascuas de carbón. Su efectividad era mágica: aplicado al punto sangrante, lo cauterizaba de inmediato y cesaba la hemorragia (Página 87).

Es una intervención de hernia inguinal
 La hernia inguinal consiste en la salida de parte de las vísceras abdominales hacia el exterior a través de agujeros de la pared abdominal que se han debilitado. Nuestro abdomen tiene en su interior vísceras cubiertas de una capa fina y lubricada de peritoneo, que permite los movimientos intestinales de la digestión. Normalmente el interior del abdomen tiene una presión positiva, es decir, su contenido presiona las paredes hacia fuera, por lo que cualquier pequeña abertura puede ser aprovechada por las vísceras o el peritoneo para salir a través de ella.
En el texto se comenta la anestesia, la apertura de un orificio, el introducir el intestino donde se había salido y aplicar una varilla metálica candente (caliente) en la zona para detener la hemorragia.
Actualmente se realiza intervención quirúrgica para asegurar el tejido debilitado de la pared abdominal y se cierra cualquier orificio.
Algunas veces, se necesita cirugía de emergencia por estrangulamiento de esa asa del intestino que ha salido.
Se puede intervenir  por medio de una cirugía abierta o con el uso de un laparoscopio (cámara) donde no se hace más que una pequeña incisión lo cual permite una recuperación más rápida y menos dolor después del procedimiento.


La última innovación es el uso de mallas autoadhesivas para reforzar la zona sin necesidad de puntos de sutura.

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